Una estatua única en Iberoamérica



Está en el mismo centro de La Habana turística, bajo el techo del Capitolio Nacional de Cuba.

Mide exactamente 17,54 metros y es la tercera estatua mayor bajo techo, sólo superada por el Buda de oro de Nava, en Japón, y el monumento a Abraham Lincoln, en Washington. Nada se le semeja en toda Iberoamérica. Se trata de la Estatua de la República, que recibe cada día a los visitantes del Capitolio habanero a once metros exactos de un enorme brillante que marca el km. cero de todas las carreteras del país.

Su autor fue el escultor italiano Angelo Zanelli, quien, según afirmó en 1929, se inspiró para crear la majestuosa estatua en la sensual naturaleza del país caribeño y el color del cielo cubano en la hora crepuscular.


La colosal estatua se alza sobre una plataforma de tres escalones y un pedestal de 2,50 metros de altura, bloque macizo hecho de mármol ónix, antiguo egipcio.

Similar construcción sólo la hay en la base de la estatua del Papa Eduardo VI, en la iglesia de San Pedro, Roma. Una cubana de nombre Lily Valty sirvió al italiano Zanelli como modelo, mientras la fuente inspiradora fue Palas Atenea, diosa griega de la sabiduría. Una mujer de pie, con lanza en la mano derecha, escudo al costado y gorro frigio sobre la orgullosa cabeza.

La extraordinaria obra fue traída en barco desde la lejana Italia, dividida en tres partes y situada en su nicho unos días antes de la inauguración del Capitolio, el 20 de mayo de 1929.

Hoy, luego de un reciente reacondicionamiento, la Estatua de la República ha vuelto a lucir su hermoso y sensual cuerpo recubierto en oro.

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